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Las bienaventuranzas

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Descripción

LAS BIENAVENTURANZAS
Mt 5,1-12; Lc 6,20-26
Bienaventuranzas


Las Bienaventuranzas no son mandamientos, ni son una serie de consejos filosóficos,... nada de eso.

Las Bienaventuranzas expresan sencillamente la experiencia de Jesús.
Y la experiencia de Jesús, como hombre, hay que situarla en Nazaret. El pueblo donde nació fue lo decisivo en la vida de Jesús, -la vida pública es un apéndice de 3 años- en el pueblo vivió la mayor parte de su vida, y la vivió con los ojos muy abiertos, captando al milímetro lo que era el ser humano, lo que era la vida.
En Nazaret, como uno de tantos, en la monotonía de un pueblo, en el aburrimiento, en la cotidianeidad. Sólo desde esa situación podía extraer una experiencia válida para toda persona. De haber vivido en unas circunstancias privilegiadas, no nos servirían sus “experiencias” para los que vivimos una vida sencilla.

Las Bienaventuranzas no son una experiencia cotidiana más, sino una experiencia vivida desde la perspectiva de ser feliz.
Todos coincidimos en esto: en buscar la felicidad. Otra cosa es que nos equivoquemos… Pero en este intento todos coincidimos.
Pero, curiosamente, en conseguirla es en lo que menos logros tenemos.
La felicidad no la tenemos asegurada, porque las condiciones que consideramos “imprescindibles” para que se dé, no está en nuestras manos el controlarlas totalmente.
Es decir, si las Bienaventuranzas son la apuesta de Jesús por la felicidad del ser humano, podemos decir que cada uno de nosotros también tiene sus “Bienaventuranzas” privadas que no coinciden  con la apuesta de Jesús. Pero nuestra “apuesta” parece que está tan amenazada, que nunca llega a realizarse. Por otro lado la apuesta de Jesús nos resulta un disparate. Es normal que lo digamos, tenemos todo el derecho para decirlo. Pero no podemos olvidar el dato previo de que nuestra apuesta no acaba de ser del todo válida, mientras que la propuesta de Jesús ni la hemos probado; está sin estrenar.

¿Y si el Evangelio fuese verdad?

Ahora bien, una cosa sí conviene decirlo ya: a lo mejor todo lo que Jesús dijo es un disparate y sencillamente estaba loco, pero lo que nunca podremos echarle en cara es que su apuesta por la felicidad sea “una evasión de la realidad"; porque sitúa dicha apuesta en aquello que nosotros consideramos que la harían imposible: la pobreza, el dolor, el hambre... Y en efecto, la pobreza, el sufrimiento, el llanto, el hambre,… todas esas cosas están a nuestro alrededor, que, a veces, nos amenazan y, lo que es peor, son realidad para millones de personas.

Y la manía de todos y de cada uno es creernos que cuando se consiga eliminar todo eso de la vida, se conseguirá la felicidad. Pero parece ser que esa eliminación no acaba de lograrse; y, lo que es peor, de darse, nunca podremos asegurarla para siempre.

Esto es un dato importante que no conviene olvidar. El Evangelio no deja de lado  esa realidad que a veces no sabemos qué hacer con ella, pero que se nos impone.

Esto es lo que vamos a tratar de ver: si Jesús estaba loco, o nosotros estamos tontos.
¿Podemos seguir hablando de felicidad, Bienaventuranza, sin salirnos de la realidad, sin soñar?
Esto es lo que intenta el Evangelio. ¿Tendrá razón?
Por lo menos vamos a preguntárnoslo. A lo mejor el Evangelio lo tenemos sin estrenar, lo conservamos como un regalo valioso, pero envuelto, como ahora hacemos con los regalos, lacito incluido. Intentemos “desenvolver” este regalo tan apreciado “teóricamente”, pero tan ausente de nuestra vida., porque ¡a lo mejor el Evangelio es verdad!
Vamos a tratar de quitar el “papel de regalo” al Evangelio, y que éste pueda ser lo que todo regalo debe ser, sorpresa.

El programa de vida que Jesús presenta a sus discípulos de todos los tiempos es exigente.
Seguir a Jesús es un desafío a nuestra comodidad, a nuestra manera de vivir, a los valores que propone la sociedad de nuestro tiempo…
¿Te animas a asumir sus pasos y vivir sus enseñanzas?

Cómo lo vamos a tratar

En cada  bienaventuranza vamos a ver:

  1. Un problema humano que tiene que ver con ella
  2. Las tentaciones que tenemos las personas respecto a esa bienaventuranza
  3. Cómo la vivió Jesús. Para ello se va a ofrecer una serie de textos del evangelio que tienen relacion con Jesús y la bienaventuranza. (Si la cita esta subrayada, pulsando sobre ella se puede leer sin necesidad de acudir a la biblia). Si no se ve la relación Jesús-Bienaventuranza, no dudar en preguntar en el mismo foro
  4. Unas primeras conclusiones generales sobre ella
  5. Reflexiones y conclusiones personales que cada uno saque

Reflexiones:

Observa a tu alrededor, ¿qué es lo que hace feliz a la gente?.

¿Qué es lo que necesitas tú para ser feliz?

Trata de responder a estas preguntas:

  1. -Según la tele (los anuncios, los programas...) ¿cuándo nos podemos sentir felices?
  2. -Si tuviera que hacer una lista con lo que hace felices a los humanos ¿qué colocaria?
  3. - Yo seré feliz cuando...