El reloj de la vida

Muchas veces la pérdida de capacidades trae consigo una pérdida de movilidad, por lo que se deja de ir a los sitios y lugares que se solían frecuentar. Por otro lado, se suman la pérdida de amistades y/o seres queridos y todo esto va haciendo mella en nosotros, reduciendo el círculo social y minando las ganas de entablar nuevas relaciones, limitándose éstas a aquellas que vengan a visitarnos. Visitas que muchas veces se centran en una tarea o actividad pero no en compartir momentos, sentimientos y pensamientos. Se está con alguien y sin embargo se está solo, se está en soledad.

La necesidad afectiva y emocional sigue estando a pesar de los años que se tenga y la realidad es que muchas veces, comienza a presentar déficits importantes y genera una mayor demanda de atención de los familiares, quienes van viendo que también deberán cambiar sus estilos de vidas para poder satisfacer esa demanda afectiva.